viernes, 2 de enero de 2009

De pantallas y demás.

Bueno, bueno...feliz año. ¿No? Es lo que toca decir ¿no?.
Pues eso, FELIZ AÑO. Que si hay que decirlo pues lo digo y puntopelota. Vamooos.
Personalmente, todo este montaje de las Navidades, cada año me parece más coñazo y con menos sentido, dicen que es porque no tengo descendencia, no lo sé, pero me parece un rollaco patatero tanta comida familiar porque si, porque toca, tanto despiporre de comida, si yo no quiero, yo quiero mantener mi linea! Cocinar para 10 si en realidad solo son 6, pagar la comida al doble de su precio habitual engañaos pero contentos, porque es Navidad... Pero si a mi me importa un pito San José y el niño que está en la cuna...en fin...




El motivo del título es mi curiosa relación amor-odio hacia la tecnología. Por una parte, reconozco que es una pasada, las mil ventajas, tanto sociales, como de acceso a la información,pero por otro...¿No nos estamos pasando?
Creo que hay una línea muy fina entre uso y abuso en este tema.
Quiero decir,q ue, por ejemplo, en mi noche de fin de año, creo que hubo abuso.
El tema es que tenemos un nuevo proyector, en el salón de casa (que es muy chiquitito). Lo ha traido tb el ¿Papá Noel?.
Y estuvimos TOOOOOOOOODA la noche, que si videos del youtube, que si la WII, que si bla, bla, bla.
Para mi fue pasarse!! Me dolían los ojos al final!!
No sé, por un lado está bien, pero es muy fácil pasarse de la raya, y nosotros,bajo mi punto de vista, nos pasamos.
Voy a volverme una hippie de monte, me voy dejar pelos en los sobacos, me voy a pillar un perro pulgoso, y me voy a ir a una barraca, alejada de internet, de video- juegos y de tele-basura.
Porque yo soy humana, y por lo tanto débil, y no me puedo resistir a todo, y aparte aunque me cueste reconocerlo, soy una cibergirl, pues mírame, aquí, dale que te peich,explicando mis movidas en un blog.
Porque de contradicciones está hecho el mundo y yo, no voy a ser menos.




Ah por cierto, ayer vi una película preciosa, dirigida por David Lynch y producida por Walt Disney, raro, ¿verdad?.
Es preciosa, con un ritmo tranquilisimo, y mucha buena onda, la onda tranquila de un viejete ,que decide hacer un largo viaje en su cortacesped, porque no tiene carnet de conducir, para ver a su hermano que está malito.
Una peli, lenta, tranquila, sencilla, y con algo muy especial, quizás la serenidad de la mirada del protagonista. No sé, pero es deliciosa la peli.
Se llama: Una historia verdadera o The Straight Story, en inglés.






1 comentario:

augusto dijo...

Enrealidad es más sencillo: tienes la opción de encender la tele, el ordenador o el proyector. También tienes la opción de no encenderla, de coger la bici o no y de irte a Sant Julià donde hay unas puestas de sol preciosas. Lo bueno es poder tener la opción...no todo el mundo la tiene...como tampoco todo el mundo tiene la opción de ir a ese bosque tan chulo a cinco minutos de casa!!

En mi caso llevaba años deseando tener un proyector, era algo que me hacía una ilusión tremenda, ver peliculas de cine clásico o no en tu casa como si estuvieses en el cine, con tu whiskie, tu purito, o tus palomitas o golosinas, ¡en tu sofá!. ¿quieres echarte un meo? paras la peli y saludas a Mr. Roca, ¿quieres comerte unas mandarinas? vas a la cocina, las coges y te las comes.
La verdad es que todavía no se porque he esperado tanto a comprarme este cacharro.

En fin que...enhorabuena por tu nuevo grado de libertad, more.:)
muah