La vida allí abajo...

Cuantos colores!! Que bichos más raros! Que caras! Ostras, que sustillo...Mmmmm, que sensación de paz y tranquilidad...

Todo esto es lo que me pasaba por la cabeza el viernes pasado, el dia que me estrené como buceadora, pero fundamentalmente me quedo con la 1ª y última afirmación.

No deberia haber pensado antes de hacerlo (difícil cosa, claro..), porque que tonteria de pensamientos malgastados pensando en que no sabia si iba a disfrutar, prometo que nunca más volveré a poner en duda, ni siquiera plantearme como va a ser experimentar una nueva sensación. Es una auténtica chorrada, total es nueva, mejor no pensar, hacerlo, intentar disfrutar y despues ya se verá si se repite o no. En mi caso, ya os digo que estoy deseando volverlo a hacer.

Por que? Muy fácil: te imaginas lo que es descubrir un nuevo mundo??? Y no sólo nuevo, sino que totalmente diferente: los colores, el ritmo, el medio, los seres que lo habitan, el movimiento...vamos que para una persona tan fantasiosa (por no decir fantástica, que podria sonar pedante) como yo, fueron 20 minutos de auténtico PLACER.



Fundirse con los pescaditos de la mar salada, tan tranquilos, y aparentemente felices, moverse a su lado, sin prisas, mirarles, que te miren, y sentir que tanto tú como ellos, perteneceis al mismo mundo, que sois amigos, y anque solo sea por un ratito, sentir que todo es uno, que la tierra y el mar se funden contigo...