Por el Yucatán....Belice y sus cosas.

Extraño país, por supuesto, como todo aquel que no sea el de uno. Pero éste, aún más...

Me explico: no sólo por ser un país superdesconocido, no siéndolo sin embargo los que limitan con él, México y Guatemala, sino por las sorpresas que depara y lo diferente de sus paises vecinos...






Población mayoritariamente negra, yo diria que un 90%, descendientes directos de los esclavos africanos, su lengua el garífuna (aunque hablan tambien criollo, inglés e incluso español en algunas zonas), sus casas, hechas casi todas en madera y en alto, como medida para posibles huracanes, su estilo de vida, tranquilo y marchoso a la vez, sus pobres ciudades, sus precarios autobuses, y sus magníficos cayos...el de la foto un ejemplo, tomada en cayo Caulker.

Llegamos a Belice de noche, a la ciudad más tranquila, bonita y ordenada según lugareños y turistas, Corozal, y cual fue mi sorpresa al encontrarme de bruces con una ciudad casi fantasma, eso si, a orillas del mar, con unas casa peculiarísimas en madera (cierto estilo Nueva Orleans), de colorines, unas muy bien conservadas, otras destrozadisimas, otras en ruinas, y todo esto sin ningún tipo de orden, lo cual es fantástico y le da a la ciudad una personalidad inconfundible, con sabor caribeño, a pobreza, sal y frutas tropicales...Nos sentamos en la terraza de una agradable restaurante a cenar, viendo pasar a lugareños y lugareñas, desenvueltos, contentos y asombrosamente, todos delgados! No recuerdo haber visto a ninguna persona con sobrepeso en este país...será la precariedad que junto a sus carácteres inquietos les mantiene en forma, no hay mal que por bien no venga...

Continuará...